Donación de sangre en Ford Almussafes, una planta con corazón. Esta iniciativa lleva realizándose en la factoría valenciana con éxito a lo largo de cuatro décadas. Os mostramos cómo ha tenido lugar recientemente y os contamos testimonios de algunos nuestros compañeros más solidarios.
Las donaciones de sangre que se llevan a cabo periódicamente en Almussafes suponen un importante ejemplo de solidaridad que nutre a los hospitales de la Comunidad Valenciana. Esta acción se lleva realizando desde el inicio de la década de los 80, y en los últimos años ha tenido récords de participación entre los empleados.
Incluso en un momento tan complicado, como el de la reciente pandemia, se ha podido llevar a cabo la donación de sangre y, como nos informan desde Almussafes Helios Álvarez (Body & Stamping Area Manager) o el doctor Jorge Garau (jefe del Servicio Médico) “recientemente se realizaron 254 donaciones de sangre en la Planta de Valencia, lo que en tiempo de pandemia y sin ser un maratón, ya que no incluye al turno de noche, representa un nuevo hito en esta aventura solidaria en la que estamos contribuyendo”.
Testimonios de una acción que salva vidas. Tantos años de donaciones por parte de los empleados hacen que los compañeros tengáis mucho que contar. Vamos a mostraros el punto de vista de tres de vosotros como ejemplo de lo que todos estáis llevando a cabo y, sobre todo, como símbolo del agradecimiento y el orgullo que tenemos que sentir por colaborar con un proyecto que ayuda a salvar vidas.
Fernando Carbó (Producción Prensas) nos comenta que empezó “a donar “en 1988 cuando operaron a un familiar mío de una enfermedad muy grave y me lo pidieron. Después, cuando nacieron mis hijas me lo volvieron a preguntar en el hospital”, así que en 1990 cuando comenzaron las donaciones en planta “seguí haciéndolo en Almussafes, porque es más cómodo y hace que continúes comprometido”. Cuando Helios pidió voluntarios para organizarles le dije que yo ayudaría y desde entonces estoy en ello. “Helios ha contribuido en gran manera en que la planta consiga el nivel de donaciones que tiene y estoy muy agradecido de poder ayudar”.
También hemos recibido un testimonio muy especial, el de nuestra compañera María Lillo (GFPS&Int Auditor), que además de donante ha sido receptora y nos cuenta la importancia de esta acción en primera persona: “mi primera donación fue dos días después de cumplir los dieciocho años. Fui donante hasta que mi corazón dejó de funcionar: hace cuatro años me hicieron un trasplante. Tuvieron que utilizar ocho litros de sangre en una operación que duró siete horas. Si antes ya estaba comprometida con la donación, ahora que por mi medicación no puedo hacerlo, me emociona ver como cada día las personas se involucran más y son más conscientes de las vidas que pueden salvar. Entre ellas, la mía”.
Por último, también nos ha trasladado su opinión Juan Manuel Grueso (GFPS&Internal Auditor Assembly). Para él “la opinión general de todos los donantes es muy positiva respecto a la nueva organización conjunta de toda la Factoría para este proyecto. En particular, como me recordaba Helios, hubo un compañero de la Planta de Pinturas que expresó su agradecimiento a toda la organización ya que, como donante habitual, (casi 40 años, si no recuerdo mal) y pocos menos como TL de pinturas, había notado mucho la mejora tanto para poder donar él, como para organizar las donaciones de los compañeros de su MWG. Anteriormente, tenía muchas dificultades puesto que los tiempos de espera de los donantes era superior, al haber zonas horarias con mayor o menor afluencia y, en la mayoría de las ocasiones, tanto él como otros compañeros no podían asistir a donar. Gracias a la nueva planificación y a las citas previas, esto ya no ocurría y podían donar todos sin problema. Además, también nos comentó que estaba encantado con la nueva ubicación de la sala de donaciones, que tiene mayor espacio y luz”.
Además, Juanma también quiere “comentar la historia de un compañero de la factoría (de Body en este caso), que ocurrió hace ya algún tiempo pero que me parece destacable, ya que simboliza la actitud y generosidad de muchos de nuestros compañeros de esta gran familia en Valencia: en un acto de donaciones entró un compañero en la sala y, lo primero que me comentó, fue que era la primera vez que se atrevía a donar ya que tenía una fobia muy fuerte respecto a las agujas y la sangre. Había tenido problemas incluso cuando le hacían algún análisis, pero él quería ayudar, sabía que podía salvar vidas y se llenó de valor para intentarlo”.
Finalmente, como relata Juanma, este compañero “después de rellenar el cuestionario, y pasar por la visita médica, se mareó tan solo de estar esperando que le tocará a él viendo al resto de gente en las camillas. Fue atendido de inmediato por el personal médico y, tras estar un rato tumbado, se empezó a encontrar mejor. Por recomendación médica, no donó finalmente, pero él, aun así, quería hacerlo y noté en su cara la frustración de no haberlo conseguido. Obviamente, todos los que estábamos en ese momento le trasladamos el agradecimiento y le hicimos hincapié en que él era igual o más héroe si cabe que todos los que donamos habitualmente, pero que no tenemos ningún miedo, porque se había enfrentado a algo que no era nada fácil, con un altruismo y una entereza admirable”.