Les saludo desde Buenos Aires, Argentina, mi nombre es Gloria Góngora Falero y desde 1992, especialista en Medicina Transfusional. Me considero afortunada porque dentro de la especialidad, incursioné e hice experiencia en casi todas sus áreas: banco de sangre, servicio de transfusiones, inmunohematología, aféresis tanto de banco como terapéutica y trasplante. Además, mi interés por los procesos de la calidad y mejora continua me llevaron a realizar un curso de dos años en estos aspectos.
Todo esto tuvo lugar en el Hospital Universitario “Dr. René Favaloro” , donde me desempeñé por más de 20 años y donde también comprendí la importancia de la docencia, la que ejerzo hasta el presente, en su Facultad de Medicina, trasmitiendo a los estudiantes la importancia de incorporar los conocimientos de nuestra especialidad para su futura práctica médica. En la última década hasta la actualidad me desempeño en el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” y en la Clínica San Camilo.
A medida que avanzaba en la práctica de ésta maravillosa especialidad, comenzó a crecer en mí un sentimiento muy especial por la donación de sangre, algo que alguna vez había practicado casi automáticamente, sin meditarlo mucho.
Ese sentimiento fue cobrando fuerza cuando que fui comprendiendo que el andamiaje de conocimientos, experiencias, esfuerzos en el perfeccionamiento de los procesos y tecnologías, carecía de sentido si no contábamos con la generosidad del donante de sangre.
Hay cuestiones que sabemos, pero sobre las cuales no llegamos a tener conciencia plena, actos que realizamos sin tener la verdadera dimensión del impacto que ellos tienen, los concretamos porque sabemos que son buenas acciones en favor del prójimo …
“Es muy probable que las personas que abrazan la donación de sangre voluntariamente y como un hábito, no tengan plena conciencia del impacto que esto tiene y lo cumplan naturalmente”.
Desde mi perspectiva quiero decirles que Uds. los donantes de sangre, son el primer eslabón de esta gran y maravillosa cadena que conecta al mundo de los sanos con aquellos que requieren de ese líquido extraordinario, que bien utilizado, permite salvar vidas o facilitar tratamientos que de otra manera serían imposibles.
Agradezco al Dr. Roig y a su equipo, la oportunidad que me brindan de poder manifestar mi agradecimiento, poder decirles con el corazón: “Gracias, a los Donantes de Sangre” aunque parezca tan poquito, frente a la magnitud de aquellos que solidariamente donan su sangre!
Gracias!!! Muchas Gracias!!!
- porque sin tu donación, no sería posible para nosotros dar asistencia transfusional periódicamente, a todas aquellas personas que nacieron con una alteración en los glóbulos rojos, que les condena a una anemia crónica y definitivamente necesitan de la transfusión para vivir.
- por los niños y adultos que deben afrontar un tratamiento oncológico con esos potentísimos cócteles de fármacos que lamentablemente no son precisamente selectivos. Atacan no solo las células tumorales, sino también al organismo entero y particularmente la producción por la médula de plaquetas, hematíes, etc.
- porque no podríamos sostener al paciente que necesita de intervenciones quirúrgicas complejas, las que se realizan a diario…
- porque podemos disponer de las unidades de componentes sanguíneos en reserva aptas y disponibles, frente a la oportunidad casi nunca programada, de un trasplante de órgano…
- por facilitarnos la posibilidad de brindar el sostén necesario al receptor del trasplante de médula ósea, en ese período crítico en el que el injerto necesita ambientarse y alcanzar el desarrollo suficiente para poner en marcha la producción propia, de células sanguíneas.
- Sin duda es muy importante el donante de la médula. Pero creo que no se reconoce lo suficiente a los donantes de sangre y componentes, que cooperan y contribuyen diariamente con la evolución exitosa del trasplantado.
- por supuesto, como sin vuestro noble aporte, podríamos hacer frente a las hemorragias severas por accidentes de tránsito, laborales, o de otra índole. O las hemorragias que se desencadenan espontáneamente por enfermedad digestiva, ginecológica, por trastornos de la coagulación, etc.
- y no puedo evitar poner en lista y más que agradecer, por estar presentes y apoyarnos cuando debemos afrontar las complicaciones de un parto, muy poco frecuente afortunadamente. Pero desgraciadamente cuando ocurren, ponen en riesgo la vida de la mujer que solo estaba en ese lugar, vaya incongruencia, para dar vida!!
- también quiero agradecer a los donantes de sangre y componentes, por el plasma, que excediendo las necesidades transfusionales, es enviado por los bancos de sangre a la industria farmacéutica. Este regresa transformado en hemoderivados como la albúmina, concentrados de factores de la coagulación, inmunoglobulinas, etc. los cuales son indispensables en el tratamiento de diversas enfermedades. Esto revela como la donación de sangre traspasa los límites de los Servicios de Hemoterapia para continuar contribuyendo al bienestar de la comunidad.
- Como no agradecer infinitamente a todos aquellos que a pesar de la pandemia del Coronavirus que azota al mundo entero, concurren a donar. Desafiando el temor lógico de contraer la infección, confían en que nosotros definimos un proceso adecuado y seguro para brindar una atención que permita cuidarles. Pero por sobre todo porque más allá de ésta instancia desafortunada que nos atraviesa, saben que hay muchas personas que además del riesgo de la infección por coronavirus sobrellevan otras enfermedades, por las que necesitan de la terapéutica transfusional.
Sin Donantes de Sangre no hay Transfusión.
Recurro, para finalizar, a una frase muy utilizada por nosotros:
“Ni el mejor equipo médico, ni la más sofisticada tecnología, permite brindar terapia transfusional, sin vuestra ayuda”.
¡¡¡ Gracias, infinitas gracias a los generosos donantes de sangre, que nos acompañan día a día!!!