Mi nombre es Jorge Garau y me han invitado a contaros que significa para mi esto de la donación de sangre. Nada mejor que contar una historia.
La primera donación a la que acudí fue gracias a un vecino que era el presidente o responsable de los donantes de sangre en el pueblo donde residía. Ese pueblo es Quart de les Valls donde mi mujer estaba destinada como médico titular APD, que eran aquellos médicos rurales que trabajaban y vivían en la misma localidad estando disponibles las 24 horas de todos los días del año. (¡qué tiempos aquellos!)
En aquella sesión me di cuenta que algunas cosas habían cambiado el tema de la donación de sangre. Cuando era estudiante solo podías dar sangre en hospitales (por ejemplo, en el de la Cruz Roja en la calle Alboraya) o en centros privados donde te pagaban por donar (algo que ahora nos puede parecer inaudito). O cuando había un terremoto (Managua, Guatemala, por ejemplo) y por la radio pedían sangre (y se colapsaban los hospitales).
Me di cuenta, decía, que la gente daba su sangre gratuitamente, de forma altruista y que se agrupaban en hermandades, de manera que cada población tenía un grupo de entusiastas que planificaban el día de la donación, el local, su limpieza y el refrigerio que consistía en un bocata y un refresco. Se hacían pocas sesiones al año porque el pueblo es más bien pequeño y entonces no había tantos equipos volantes como ahora. La verdad es que el resultado era bueno en un ambiente familiar y entrañable.
Cambiamos varias veces de pueblo (cada vez más pequeños) y en éstos no había hermandades hasta que los designios de la administración en forma de traslado hicieron que nos fuéramos a vivir, y trabajar, a Benifaió. Aquí volví a reencontrarme con la “gente de la sangre” por lo que seguí donando con más facilidad.
En 1988 me incorporé a Ford España como médico especialista en medicina del trabajo y en 1989 el que fue nuestro primer Jefe de Servicio Médico Dr. Jose L. Andrés consiguió organizar donaciones de sangre en la factoría de forma sistemática. Ya se había hecho anteriormente en 1981 y 1983 casi testimonialmente con poquitos donantes, pero esta vez se empezó “más formalmente”.
“Cada vez los empleados se implicaban más y la empresa nos ofreció los medios necesarios sin reparos”.
Se comenzó con dos periodos de donaciones: una antes de las vacaciones de verano y otra en el invierno. Y en dos grupos, mañana y tarde. A está ultima era a la que yo acudía porque aquellos años yo trabajaba como médico en el turno fijo de noche.
Como la donación iba acrecentándose solicitamos ampliar el número de donaciones al año y nos descentralizamos buscando locales para facilitar el desplazamiento del trabajador y así se pudo donar más cerca de las plantas de Montaje, Carrocerías, Motores y Central/Pintura.
Por el año 2010 veíamos que las donaciones iban bajando en número. Los sucesivos recortes del número de empleados y las jubilaciones de veteranos donantes hacia que esto cada vez fuera a menos.
Entonces decidimos analizar las razones y buscar alternativas.
“Lo primero que hicimos fue crear un equipo de animadores (al estilo de aquellas antiguas hermandades) de manera que la donación de sangre no fuera solo una cosa del servicio médico sino de un grupo lo más plural posible donde todos dábamos nuestras ideas y aportaciones”.
Teníamos un problema de locales pues uno de ellos estaba excesivamente lejos y esto no ayudaba. Encontramos uno nuevo, más “céntrico” y lo arreglamos. Imprimimos grandes carteles, repartimos octavillas, participamos en videos promocionales, escribimos e-mails masivos …
El grupo de animadores aumentaba uniéndose compañeros de otras plantas de manera que todos colaborábamos para aumentar el número de donaciones y de lugares donde donar.
Otro hito importante fue en 2017 cuando empezamos a promocionar la donación de medula ósea. Del casi centenar que tenemos en nuestra base de datos uno ya ha donado médula.
En 2018 hicimos el primer maratón de donación de sangre de 24 horas donde participaba por primera vez el turno de noche. Los equipos móviles de Centro de Transfusión hicieron un gran esfuerzo para poder venir a a atender la donación de sangre por la noche. Y los empleados dieron una gran respuesta de SOLIDARIDAD acudiendo 206 donantes en una sola noche. ¡Exitazo!
Y llegó la pandemia. Y todo se paró.
Pero seguía habiendo necesidad de sangre. Accidentes, intervenciones quirúrgicas y tratamiento de enfermedades que precisaban transfusiones de sangre y derivados. Y los donantes nos preguntaban ¿Qué podemos hacer?, ¿cómo podemos donar?.
En agosto pasado se produjo una reunión de crisis de los animadores: “Tenemos que conseguir volver donar sangre en la factoría. Buscaremos un local más grande, planificaremos las distancias entre las camillas, el flujo de personal y crearemos un novedoso sistema de petición de cita por ordenador para que no se acumulara el personal y pudiéramos seguir las normas de protección Covid que tenemos en el trabajo”. Los resultados de las primeras sesiones, en tiempo Covid, han sido muy buenos.
Quería terminar con dos puntualizaciones:
La primera es de AGRADECIMIENTO a la dirección de la empresa que nos ha facilitado todo lo necesario para poder llevar a cabo estas acciones. Y a todos los empleados de FORD (y empresas de contratas) porque hay que tener en cuenta que para que un donante deje su trabajo, y done, otro compañero debe sustituir su trabajo.Para mí son HEROES ambos. El que va a la extracción y el que se queda en su lugar. Todos colaboramos.También agradecer al equipo de animadores que, cada vez, somos más numerosos y que tenemos una gran afinidad para el trabajo en equipo.
“Una gratitud muy especial a nuestra alma mater Helios Álvarez que, además de su contagioso entusiasmo y liderazgo indiscutible, es el hombre record de la factoría con 56 donaciones”.
La segunda va de cosa personal.Yo no puedo donar sangre desde el año 2000 pues me aplicaron un tratamiento dermatológico que hizo que no pudiera volver a donar. Una pena porque nadie me avisó de esta contraindicación. ¡Si lo llego a saber!… no me hubiera aplicado el tratamiento (porque tampoco había grandes esperanzas de cura). En definitiva, que ya no soy donante activo y, encima, tengo las lesiones en las manos igual de mal.“Pero si os puedo asegurar que ya que no puedo dar sangre SEGUIRÉ HACIENDO todo lo posible para publicitar y animar a que la gente a lo haga. La donación es un acto de altruismo, solidaridad y fácil de hacer”.
Una anécdota: mi hija mayor, el día que cumplió 18 años, se fue directamente al Centro de Transfusión y donó. Fue su primer acto como adulta oficial y sin pedir permiso familiar. Y yo, su padre, orgullosísimo.
Y me seguiré pasando por las sesiones de donación para saludar a esos magníficos profesionales que vienen a nuestra factoría tanto médicos como Rafa, Ángela, Maria Jose, Asun, Iluminada, Miguel … y resto de enfermeros, conductores y auxiliares con quien, después de tantos años, he generado unos buenos lazos de empatía.
Gracias a todos por vuestra humanidad, compañerismo y profesionalidad. SEGUIMOS ADELANTE con ánimos para seguir dando la sangre para quien la precise.
Siempre a vuestro servicio.
Nota: actualmente el Dr. Jorge A. Garau Carmen es el Jefe del Servicio Médico de Ford España S.L.