Una asociación es una agrupación de personas con el fin de realizar una actividad colectiva, como ahora es mi cuerpo después de haber recibido un montón de transfusiones de sangre, de mesenquimales y de pasar por dos trasplantes de médula: uno autólogo y otro alogénico.
Me llamo Nonia y me siento muy afortunada de dejar mi testimonio de agradecimiento al lado de personas tan maravillosas como Pepa, Fernando, Carlos, Mayte, Javier, Tamara… Y como bien dice Leticia: “el mundo sigue a pesar de nosotros”. Ahora nos toca dejar algo bueno en compensación.
Todos nosotros, con nuestros testimonios, formamos una comunidad que hemos necesitado de la generosidad de todos los donantes. Esta es otra comunidad que demuestra cada día que es posible mejorar o incluso dar una nueva oportunidad de vida desde la vida, de darnos tiempo, ese tiempo que tanto queremos para estar con los que queremos e incluso para nosotros mismos. Una nueva oportunidad para que también nos replanteemos que el ser donante debería de ser algo que como muy bien dice nuestro querido amigo Roberto Roig debería de ser un hábito saludable incorporado en nuestro día a día como algo cotidiano.
Yo todas las mañanas cuando me levanto me gusta pensar que mientras yo desayuno mi donante de médula, que fue una mujer de Alemania, está también desayunando, que cuando yo me ducho probablemente ella también se esté duchando, que cuando salgo a la calle a pasear y siento el aire ella puede sentir lo mismo y cuando como con mi familia o simplemente charlo por teléfono con algún hijo que tengo lejos ella puede hacer lo mismo. Pequeños actos cotidianos que al final son lo más importante de nuestra vida como cotidiano debería de ser donar, donar sangre y donar médula.
Yo no puedo donar más que mi tiempo y tuve la suerte de conocer a otra comunidad que nos ayudó, a toda la familia, en aquellos momentos de largos ingresos que en lo cotidiano que necesita un paciente de largo recorrido.
Me sentí tan acompañada y, sobre todo, comprendida en muchos aspectos donde la medicina no llega y en ocasiones ni los amigos ni la familia que decidí donar mi tiempo para devolver todo el cariño que me brindaron.
Se llama ALCLES (Asociación Leonesa Con Las Enfermedades de la Sangre) y hoy en día tengo el privilegio de ser su presidenta con el mejor equipo que tanta ayuda me dio.
Estamos para ayudar a quien lo necesite y con una actitud de mirar atentamente para mejorar cada día dispuestos a compartir nuestras experiencias así que no dudéis en contactar para, entre todos, mejorar.
Gracias Roberto Roig por tu invitación y por el trabajo de todo tu equipo.
Y no olvides que: “gracias a ti yo vivo”.