Mi nombre es Puri García.

Al ser mamá por primera vez, el destino quiso que pudiese apreciar más, si cabe, la importancia de la donación de sangre.

Al tercer día de nacer mi hijo Adrián hubo que realizarle una exanguinotransfusión de sangre por una complicación grave en sus niveles de bilirrubina en sangre. La rápida actuación del Servicio de Neonatología del Hospital General de Castellón y el hecho de que alguien previamente hubiese realizado un acto tan noble como el de donar su sangre, hizo que se pudiese realizar con éxito y 12 días después pudiese tener en casa a mi chico. De esto han pasado ya 31 años y gracias a ello, hoy es un feliz padre de familia.

Actualmente, aparte de ser donante de sangre y plasma y estar registrada como donante de médula ósea, realizo labores de voluntariado. Formo parte del equipo de “Médula Castellón”, desde donde damos a conocer la importancia de la donación de sangre y médula ósea, realizando charlas a jóvenes en institutos y universidades, así como en aquellos lugares donde se nos pide que lo hagamos y acompañando, en algunas ocasiones, al Centro de Transfusiones de la Comunidad Valenciana en Castellón.

Desde este testimonio, aparte de hacer un gran reconocimiento a todas aquellas personas que hacen posible la recuperación de otras a través de su donación, os invito a aquellos que tengáis edades comprendidas entre 18 y 40 años a que os informéis de que es, para que se necesita y cómo se realiza una donación de médula ósea.

 

“Si ya eres donante de sangre, dar este otro paso, después de informarte debidamente, es ir un poco mas allá en la labor de dar vida en vida”.